Mujer distinguida



lunes, 10 de octubre de 2011

Y no me importa nada

Querido mundo exterior,
Te escribo hoy, por primera vez, sentado a nuestro maravilloso escritorio estilo Carlos IV. Fernando nos comentó al comprarlo que el siglo XVIII es el siglo de oro español en cuanto a fabricación de mobiliario y si lo dice Fernando me lo creo. Mi madre dice, más bien piensa, que soy una persona muy crédula, y tiene razón...siempre nos advierten de que deberíamos ser más desconfiados pero debo ser afortunado porque, normalmente, siempre creo al que me habla mirándome a los ojos, y pocas veces en mi vida me he sentido engañado.
El escritorio es precioso pero no creo que sea el sitio más cómodo desde el que escribir nada porque me obliga a elevar un poco los hombros y todos sabemos que así acabamos con tensiones musculares en el cuello y en la espalda. A mi no, desde que practico antigimnasia. Le comenté a Rubén la posibilidad de cambiarlo de sitio y colocar en su lugar una mesa más baja, redonda, que nos sirva tanto para trabajar como para recibir a los amigos en pequeñas reuniones con encanto. Aquí, entre los libros, se crearía un ambiente muy acogedor, todo muy íntimo y fino, con Antinoo observándonos desde la esquina ¡Oh bello Antinoo! algún día escribiré sobre el amante de Adriano. Es curioso que la biografía más conocida del emperador sevillano más gay la haya escrito una bollera, perdón, lesbiana, que no quiero empezar mi blog dando la impresión de ser despectivo.
Para que os hagáis una idea de qué es para mi un comedor o un salón acogedor sólo tenéis que buscar alguna fotografía de la casa que fue de Madeleine Castaing en la Rue Bonaparte, alguna de la mansión del principal artífice de Versalles Jules Hardouin-Mansart, que ahora disfruta el decorador Jacques García, o alguna de la abandonada casa que compartieron Pierre Bergé y el tristísimo Yves Saint Laurent ¡ah! o los salones de la casa del Barón de Redé, el cortesano del siglo XX que vivió en el Hotel Lambert, en la isla de París, uno de los edificios más bonitos de la ciudad. Sí, lo habéis adivinado, no me gusta el minimalismo, más es más, siempre.
Hablando de Madeleine Castaing: debéis saber que también fue "víctima" de las artes de François-Marie Banier...sí, sí, el mismo que embaucó a Madame Loreal, Liliane Bettencourt, y antes a Madeleine de Noailles, ésta última mecenas de todos los ismos, financió a Buñuel, a Picasso_ que no la soportaba_ o a Dalí, que gracias a un encargo de ella y su marido pudo comprase su casa en Port Rigalt, por hablar sólo de los españoles....con esto sólo quiero mostrar mi sorpresa: algo tendrá François-Marie Banier para que acaben todas locas, algo muy grande.
Menos mal que Rubén dijo que nanay de la China, ni mesa ni meso, que nos quedamos como estamos, a gustico, meditando sobre los pecados que nos han llevado a la ruina. Aún no ha vuelto del gimnasio y yo, como siempre a estas horas desde que volvimos de vacaciones, tengo un hambre atroz sin fuerza de voluntad suficiente para evitar devorar el plato de pasta que voy a prepararme...luego, como las anoréxicas y las bulímicas, me sentiré culpabilísimo, pero es que me sienta taaaaaaaan bien.
Buenas noches hijos queridos.